El Vaciamiento 3; el vacío; las carreras detrás del viento
¡Todo se derrumbó dentro de mi, dentro de ti… ¡ ¡Y ya no queda nada…!
Entre boleros y tangos se filtra lo político. Lo que viene: una nueva Constitución desde abajo: los mínimos a perseguir en nuevas relaciones de poder… Por Hugo Villela Guerrero – Sociólogo.-
Y … , el sistema político se vació completamente, sólo queda la máscara – no mascarilla – de una comunicacional sonrisa de cartón; la caja de fusibles – antiguos tapones – de funcionarios de reemplazo; y, los ires y venires de carreras funcionarias detrás del viento, en las amplias salas de las instituciones, tropezando con los mercaderes domésticos, en búsqueda de triangular algún negocio de última hora. En este caso alguna AFP aún con fondos.
El poder político destinado a honrar el interés general de la ciudadanía, se diluyó. Donde debía existir un Estado quedó un vacío de poder.
Sólo un gobierno de un grupo sin visión de sociedad, aunque muy aplicado en el encargo recibido de parte de su jefe, con pretensión de monarca.
Y, entonces… ordenar las relaciones de poder en una nueva Constitución, desde abajo…,
Con esta precariedad del sistema político, nos encaminamos a enfrentar, como sociedad, una encrucijada constituyente.
Darnos una nueva carta fundamental que recoja los sentidos de una ciudadanía que – en su subjetividad – busca valerse por sí misma. Una ciudadanía con sentido del poder social, con voluntad de construir un horizonte para la polis , para la sociedad en que habita, abriendo paso al proceso de organizar las relaciones del poder.
Porque, de eso se trata: de organizar las relaciones de poder en la sociedad, establecer cual es el contenido de estas relaciones, y, en el caso de Chile, examinar en la historia pasada y reciente, las causas que han provocado la profunda desigualdad , y en qué consisten las estructuras que la mantiene. Porque todos sabemos que es una desigualdad estructural, con estructuras opresivas que tienen nombres y apellidos…
En esta época de profundización de la desigualdad social, el imaginario del bien común es elaborado en medio de la inseguridad; de la indignación por los deseos frustrados, de la indignación por las aspiraciones negadas y, por la permanente amenaza de la exclusión. Son las condicionantes en medio de las que se incuba el imaginario del bien común en éstas, nuestras sociedades donde “no caben todas y todos.”
La reflexión sobre las experiencias morales de la ciudadanía. Abre pues una perspectiva ética que interpela a los procesos de democratización de estas sociedades embarcadas en la “modelística neoliberal”.
Apoyada en el imaginario ciudadano en torno al bien común, una ética ciudadana democrática será posible si se funda sobre un pluralismo ético y social.
Ético, en el sentido de que, la voluntad de todos hace posible la “convivencia de distintas concepciones acerca de lo que hace felices a las personas, acerca de lo bueno, de las normas correctas”8o acerca del bien común que es deseable establecer.
Y, pluralismo social, en el sentido de una sociedad que se hace cargo de las exclusiones y de los mecanismos de exclusión actualmente legitimados por la invocación a la “gobernabilidad democrática”.
Un pluralismo ético y social que se sustenta en la voluntad común de establecer – desde las diversas concepciones y experiencias morales- los mínimos bienes comunes que es posible compartir.
Pero, si cada una de estas concepciones y experiencias morales, aspiran legítimamente llegar a ser universales, ¿cómo es posible la convivencia de todas ellas en una misma sociedad?
Intentar una respuesta supone trabajar tanto en los procedimientos como en los contenidos para obtener acuerdos mínimos en torno a un bien común.
Por tanto, la propuesta de buscar acuerdos mínimos en función de un bien común, constituye una tarea de construcción social cuyo primer desafío es el de legitimar los procedimientos.
Se trata de obtener acuerdos mínimos, ello significa dejar las aspiraciones de éxito, fortuna y victoria – que se mueven en el terreno de “los máximos” en manos de las diferentes morales que se involucran en el acuerdo.
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Imagen: Plebiscito octubre 2020 – Patricio Rivera Moya (ECO)
Publicado en ECO 7 de diciembre, 2020